Toshiro Mori, hasta el momento presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio, ha presentado su dimisión del cargo este viernes. El dirigente de 83 años ha sido duramente criticado por todos los estamentos, empezando por el propio Comité Olímpico Internacional, después de decir que las mujeres hablan demasiado en las reuniones y por eso no tienen más en la organización.
“Si incrementamos el número de mujeres en los consejos directivos tendremos que asegurarnos de restringir su tiempo para hablar, porque tienen problemas para terminar y es molesto”, dijo. “Tenemos siete mujeres en el comité organizador, pero todos entienden su lugar”.
La reacción no se hizo esperar. La tenista Naomi Osaka, exnúmero 1 del mundo y nacida en Japón, calificó estos comentarios de “realmente desinformados” e “ignorantes”. Además, dentro de los propios Juegos ya ha tenido consecuencias: más de 500 voluntarios han renunciado, incluidos tres relevos para la antorcha olímpica.
Aunque inmediatamente pidió disculpas por decirlo, estas palabras machistas le han costado el cargo a Mori a unos meses de la fecha prevista de arranque de los Juegos, y envuelto en una enorme polémica. La decisión inamovible de seguir adelante con la celebración del evento choca frontalmente con las peticiones de cautela de las autoridades sanitarias mundiales, empezando por la OMS, y con el propio descontento de los habitantes de Japón, cada vez más contrarios a que la Olimpiada de Tokio culmine este año.
El gobierno nipón es un ejemplo de ello. El anterior Primer Ministro, Shinzo Abe, sólo tenía una mujer en su gabinete. El actual, Yoshihide Suga, dobló esta cantidad: ahora son dos. Una cifra evidentemente ínfima en un consejo de ministros formado por 21 personas.